miércoles, 1 de julio de 2009

Una vivencia que todo lo puede - Danzar la afectividad

Frio. Frio de invierno. Noche de luna menguando. .
Volver a recorrer los pasos, pasos que no marcaron ninguna hoja, pasos que mueven montañas, cambian cursos de ríos, enfrían y entibian los silencios.

Recordé la cuerda de Ariana: ella me dejaría salir del laberinto.
Todavía silencio. Hay que mimar el alma.
Podríamos decir que nos mimamos la vida. Juntos de nuevo, con alma de guerreros.

Todo fue ondulante, todo placentero.
Se acabo el frio, lo atropello la tibieza de la música. Lo corrió la sutileza del abrazo.
Lo quebró la mirada del otro.
Tibieza. Ronda de besos.
Cerrar los ojos, solo sentir.
Tanto y tantos besos, besos con ruido, besos chiquitos, besos grandotes, besos sin prisa, besos calientes.
Entrega.
Nada a cambio.
Solo besos y más besos. De pronto no estoy. Ausencia en presencia de pieles frías, tibias, calientes.
Presencia de pieles humanas.
Ausencia de mentes. Presencia de instintos.
Que maravilloso es no ser siendo, no estar estando.
Volar por caminos sin calles, sin piedras, caminos sin tiempos.
Nadar en nubes blancas... sin prisa, con calma.Soñar sin pensamientos, solo con sentimientos.
SERPasivo, en silencio, solo recibiéndote.
Cuando la magia se hace presente entre los hombres, cuando la fuerza irrumpe desde la ternura, cuando lo que moviliza es autentico, cuando das… recibís y ahí la plenitud.
Un mimo para el alma que refresca la vida, despierta imposibles, destruye paredes y te deja soñando despierto.
Viviana - Aguila resonante azul

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