domingo, 22 de agosto de 2010

SANGRANDO


Las manos sostienen un hacha pesada
Que apenas puede cargar su dolor

Sus ojos no dejan de perder las lágrimas
Que apenas la dejan mirar
La tortura que ella misma
Se impuso a pasar.

Transitar espacios de dolores viejos
Es traer recuerdos
Con el la fuerza plena
De dejarlos ir.

Su espalda se expone a la cruel tortura
De arrancar sin miedo su piel sin piedad
Siente necesario que las ramas viejas
Se desprendan solas
Pero el tiempo no quiere dejarlas marchar.

Entonces, pequeña, locuaz, asustada
Golpea sin miedo cada uno de aquellos nudos
Que no dejan crecer la raíz
Para construir su vida
Sin miedo
Con sueños
Sin ruidos
Sin lágrimas.

Borbotones rojos
Viscosos colores
Se mezclan con agua salada
Lagrimas y sangre
Se juntan con un fin impuesto

Poco a poco se arranca la piel
Cansancio que abruma
Miedo la arrincona
Y pide una ayuda
Entonces SU LUZ llega
Como siempre

Y solo esa es la fuerza que ella necesita
Para perder poco a poco
La sangre que le da vida
No dejándola vivir

Segundo mandala del ensueño
Sharifa

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